CUIDARÉ
DE MIS OVEJAS, DICE EL SEÑOR,
Y LES
BUSCARÉ UN PASTOR QUE LAS APACIENTE,
Y YO,
EL SEÑOR, SERÉ SU DIOS.
ALELUYA, ALELUYA.
El Señor es nuestro juez, nuestro legislador y nuestro rey; él vendrá a
salvarnos.
Aleluya.
DEL
SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO (9,
35—10, 1. 6-8)
En aquel tiempo, Jesús recorría
todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, predicando el Evangelio
del Reino y curando toda enfermedad y dolencia. Al ver a las multitudes, se compadecía
de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor.
Entonces dijo a sus discípulos: “La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos.
Rueguen, por tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos”.
Después, llamando a sus doce
discípulos, les dio poder para expulsar a los espíritus impuros y curar toda
clase de enfermedades y dolencias. Les dijo: “Vayan en busca de las ovejas
perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca
el Reino de los cielos. Curen a los leprosos y demás enfermos; resuciten a los
muertos y echen fuera a los demonios. Gratuitamente han recibido este poder;
ejérzanlo, pues, gratuitamente”.
Palabra del Señor.
ORACIÓN
Señor, tú que hiciste del obispo san Ambrosio un insigne maestro de la
fe católica y un valeroso sucesor de los Apóstoles, haz surgir en tu Iglesia pastores
según tu corazón, que conduzcan a tu pueblo con valor y sabiduría. Por Jesucristo
nuestro Señor.
Amén.
ALABEMOS
AL SEÑOR, NUESTRO DIOS
No hay comentarios:
Publicar un comentario