DIOS
MÍO, TEN PIEDAD DE MÍ,
PUES
SIN CESAR TE INVOCO.
TÚ
ERES BUENO Y CLEMENTE
Y NO
NIEGAS TU AMOR AL QUE TE INVOCA.
ALELUYA, ALELUYA.
La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo aquel
que lo encuentra vivirá para siempre.
Aleluya.
DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO (13, 1-9)
Un día salió Jesús de la casa donde
se hospedaba y se sentó a la orilla del mar. Se reunió en torno suyo tanta
gente, que él se vio obligado a subir a una barca, donde se sentó, mientras la
gente permanecía en la orilla. Entonces Jesús les habló de muchas cosas en
parábolas y les dijo:
“Una vez salió un sembrador a
sembrar, y al ir arrojando la semilla, unos granos cayeron a lo largo del
camino; vinieron los pájaros y se los comieron. Otros granos cayeron en terreno
pedregoso, que tenía poca tierra; ahí germinaron pronto, porque la tierra no
era gruesa; pero cuando subió el sol, los brotes se marchitaron, y como no tenían
raíces, se secaron. Otros cayeron entre espinos, y cuando los espinos
crecieron, sofocaron las plantitas. Otros granos cayeron en tierra buena y
dieron fruto: unos, ciento por uno; otros, sesenta; y otros, treinta. El que
tenga oídos, que oiga”.
Palabra del Señor.
Dios misericordioso, de quien
procede todo lo bueno, inflámanos con tu amor y acércanos más a ti a fin de que
podamos crecer en tu gracia y perseveremos en ella. Por Jesucristo nuestro
Señor.
Amén.
EL
SEÑOR LES DIO
PAN DEL CIELO
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