DIGNO
ES EL CORDERO QUE FUE SACRIFICADO,
DE
RECIBIR EL PODER, LA RIQUEZA, LA SABIDURÍA,
LA
FUERZA Y EL HONOR. ALELUYA.
ALELUYA, ALELUYA.
El que come mi carne y bebe mi
sangre permanece en mí y yo en él, dice el Señor.
Aleluya.
DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN (6, 52-59)
En aquel tiempo, los judíos se
pusieron a discutir entre sí: “¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?”
Jesús les dijo: “Yo les
aseguro: Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no
podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida
eterna y yo lo resucitaré el último día.
Mi carne es verdadera comida y
mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece
en mí y yo en él. Como el Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo por
él, así también el que me come vivirá por mí.
Este es el pan que ha bajado del
cielo; no es como el maná que comieron sus padres, pues murieron. El que come
de este pan vivirá para siempre”.
Esto lo dijo Jesús enseñando en
la sinagoga de Cafarnaúm.
Palabra del Señor.
Dios todopoderoso, que nos has
dado la gracia de conocer la resurrección de tu Hijo, haz que resucitemos a una
vida nueva por medio de tu Espíritu de amor. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
QUE ACLAMEN AL SEÑOR TODOS LOS PUEBLOS
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