ALABEMOS
A NUESTRO DIOS TODOS CUANTOS LO TEMEMOS,
PEQUEÑOS
Y GRANDES, PORQUE HA LLEGADO YA LA SALVACIÓN,
EL
PODER Y EL REINADO DE SU CRISTO. ALELUYA.
ALELUYA, ALELUYA.
Yo soy el pan de la
vida, dice el Señor; el que viene a mí ya no tendrá hambre.
Aleluya.
DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN (6, 30-35)
En aquel tiempo, la gente le preguntó
a Jesús: “¿Qué señal vas a realizar tú, para que la veamos y podamos creerte? ¿Cuáles
son tus obras? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está
escrito: Les dio a comer pan del cielo”.
Jesús les respondió: “Yo les aseguro:
No fue Moisés quien les dio pan del cielo; es mi Padre quien les da el
verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que baja del cielo y da
la vida al mundo”.
Entonces le dijeron: “Señor, danos
siempre de ese pan”. Jesús les contestó: “Yo soy el pan de la vida. El que
viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed”.
Palabra del Señor.
Dios nuestro, que abres las puertas
de tu Reino a quienes renacen del agua y del Espíritu Santo, haz fructificar en
nosotros la gracia del bautismo para que, libres de toda culpa, podamos alcanzar
la herencia que nos has prometido. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
EN
TUS MANOS, SEÑOR, ENCOMIENDO MI ESPÍRITU
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