ALABEMOS
A NUESTRO DIOS TODOS CUANTOS LO TEMEMOS,
PEQUEÑOS
Y GRANDES, PORQUE HA LLEGADO YA LA SALVACIÓN,
EL
PODER Y EL REINADO DE SU CRISTO. ALELUYA.
ALELUYA, ALELUYA.
Cristo tenía que morir y resucitar de entre los muertos, para entrar
así en su gloria.
Aleluya.
DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN (14, 27-31)
En aquel tiempo, Jesús dijo a
sus discípulos: “La paz les dejo, mi paz les doy. No se la doy como la da el
mundo. No pierdan la paz ni se acobarden. Me han oído decir: ‘Me voy, pero
volveré a su lado’. Si me amaran, se alegrarían de que me vaya al Padre, porque
el Padre es más que yo. Se los he dicho ahora, antes de que suceda, para que
cuando suceda, crean.
Ya no hablaré muchas cosas con
ustedes, porque se acerca el príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre
mí, pero es necesario que el mundo sepa que amo al Padre y que cumplo exactamente
lo que el Padre me ha mandado”.
Palabra del Señor.
Dios nuestro, que por medio de
la resurrección de tu Hijo nos has abierto las puertas de la vida eterna,
concédenos creer fielmente en ti y esperar confiadamente el cumplimiento de tus
promesas. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
TU
REINO, SEÑOR, ES PARA SIEMPRE
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