DIOS
MÍO, TEN PIEDAD DE MÍ,
PUES
SIN CESAR TE INVOCO.
TÚ
ERES BUENO Y CLEMENTE
Y NO
NIEGAS TU AMOR AL QUE TE INVOCA.
ALELUYA, ALELUYA.
A ustedes los llamo amigos, dice el Señor, porque les he dado a conocer
todo lo que le he oído a mi Padre.
Aleluya.
DEL
SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS (8,
34—9, 1)
En aquel tiempo, Jesús llamó a
la multitud y a sus discípulos y les dijo: “El que quiera venir conmigo, que
renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga. Pues el que quiera
salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el
Evangelio, la salvará.
¿De qué le sirve a uno ganar
el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para
recobrarla? Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras ante esta gente,
idólatra y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él, cuando
venga con la gloria de su Padre, entre los santos ángeles”.
Y añadió: “Yo les aseguro que
algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto primero que el Reino
de Dios ha llegado ya con todo su poder”.
PALABRA DEL SEÑOR.
ORACIÓN
Dios misericordioso, de quien procede todo lo bueno, inflámanos con tu
amor y acércanos más a ti a fin de que podamos crecer en tu gracia y
perseveremos en ella. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
DICHOSOS
LOS QUE TEMEN AL SEÑOR
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