FIRMEZA
ES EL SEÑOR PARA SU PUEBLO,
DEFENSA
Y SALVACIÓN PARA SUS FIELES.
SÁLVANOS,
SEÑOR, VELA SOBRE NOSOTROS
Y
GUÍANOS SIEMPRE.
ALELUYA, ALELUYA.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me
siguen.
Aleluya.
DEL
SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS (6,
1-6)
En aquel tiempo, Jesús fue a
su tierra en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, se puso a
enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba se preguntaba con
asombro: “¿Dónde aprendió este hombre tantas cosas? ¿De dónde le viene esa
sabiduría y ese poder para hacer milagros? ¿Qué no es éste el carpintero, el
hijo de María, el hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿No viven aquí,
entre nosotros, sus hermanas?” Y estaban desconcertados.
Pero Jesús les dijo: “Todos
honran a un profeta, menos los de su tierra, sus parientes y los de su casa”. Y
no pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó a algunos enfermos imponiéndoles
las manos. Y estaba extrañado de la incredulidad de aquella gente. Luego se fue
a enseñar en los pueblos vecinos.
Palabra del Señor.
ORACIÓN
Padre misericordioso, que nunca dejas de tu mano a quienes has hecho
arraigar en tu amistad, concédenos vivir siempre movidos por tu amor y un filial
temor de ofenderte. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
PERDONA,
SEÑOR, NUESTROS PECADOS
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