DICHOSA
TÚ, VIRGEN MARÍA, QUE LLEVASTE EN TU SENO
AL
CREADOR DEL UNIVERSO; DISTE A LA LUZ AL QUE TE CREÓ,
Y
PERMANECES VIRGEN PARA SIEMPRE.
ALELUYA, ALELUYA.
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo
el que crea en él tenga vida eterna.
Aleluya.
DEL
SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS (4,
35-41)
Un día, al atardecer, Jesús
dijo a sus discípulos: “Vamos a la otra orilla del lago”. Entonces los
discípulos despidieron a la gente y condujeron a Jesús en la misma barca en que
estaba. Iban además otras barcas.
De pronto se desató un fuerte viento
y las olas se estrellaban contra la barca y la iban llenando de agua. Jesús
dormía en la popa, reclinado sobre un cojín. Lo despertaron y le dijeron: “Maestro,
¿no te importa que nos hundamos?” El se despertó, reprendió al viento y dijo al
mar: “¡Cállate, enmudece!” Entonces el viento cesó y sobrevino una gran calma.
Jesús les dijo: “¿Por qué tenían tanto miedo? ¿Aún no tienen fe?” Todos se quedaron
espantados y se decían unos a otros: “¿Quién es éste, a quien hasta el viento y
el mar obedecen?”.
Palabra del Señor.
ORACIÓN
Fortalece, Dios misericordioso,
nuestra debilidad, para que todos los que ahora recordamos con veneración a la
santa Madre de Dios, podamos, por su intercesión y ayuda, levantarnos de
nuestros pecados. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
CREA
EN MÍ, SEÑOR, UN CORAZÓN PURO
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