QUE
SE POSTRE ANTE TI, SEÑOR, LA TIERRA ENTERA;
QUE
TODOS CANTEN HIMNOS EN TU HONOR
Y
ALABANZAS A TU NOMBRE.
ALELUYA,
ALELUYA.
Reciban la palabra de Dios, no como palabra humana, sino como palabra
divina, tal como es en realidad.
Aleluya.
DEL
SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS (1,
21-28)
En aquel tiempo, se hallaba
Jesús en Cafarnaúm y el sábado fue a la sinagoga y se puso a enseñar. Los
oyentes quedaron asombrados de sus palabras, pues enseñaba como quien tiene
autoridad y no como los escribas.
Había en la sinagoga un hombre
poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: “¿Qué quieres tú con
nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a acabar con nosotros? Ya sé quién
eres: el Santo de Dios”. Jesús le ordenó: “¡Cállate y sal de él!” El
espíritu inmundo, sacudiendo al hombre
con violencia y dando un alarido, salió de él. Todos quedaron estupefactos y se
preguntaban: “¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es ésta? Este hombre tiene
autoridad para mandar hasta a los espíritus inmundos y lo obedecen”. Y muy
pronto se extendió su fama por toda Galilea.
Palabra del Señor.
Dios todopoderoso y eterno, que con amor gobiernas los cielos y la
tierra, escucha paternalmente las súplicas de tu pueblo y haz que los días de
nuestra vida transcurran en tu paz. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
MI
CORAZÓN SE ALEGRA EN DIOS, MI SALVADOR
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