EN EL
PRINCIPIO Y ANTES DE TODOS LOS SIGLOS,
EL
QUE ES LA PALABRA ERA DIOS, EL MISMO QUE LUEGO
SE
DIGNÓ NACER COMO SALVADOR DEL MUNDO.
ALELUYA, ALELUYA.
Aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. A todos
los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios.
Aleluya.
DEL
SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN (1,
29-34)
En aquel tiempo, vio Juan el
Bautista a Jesús, que venía hacía él, y exclamó: “Este es el Cordero de Dios,
el que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo he dicho: ‘El que
viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que
yo’. Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua, para que él sea dado
a conocer a Israel”.
Entonces Juan dio este testimonio:
“Vi al Espíritu descender del cielo en forma de paloma y posarse sobre él. Yo
no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: ‘Aquel sobre
quien veas que baja y se posa el Espíritu Santo, ése es el que ha de bautizar
con el Espíritu Santo’. Pues bien, yo lo vi y doy testimonio de que éste es el
Hijo de Dios”.
Palabra del Señor.
ORACIÓN
Señor, Dios nuestro, que iniciaste admirablemente la obra de la
redención con el nacimiento de tu Hijo, fortalece en nosotros la fe, para que
siguiendo sus enseñanzas, podamos alcanzar la prometida recompensa de la
gloria. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
ACLAMEMOS
CON JÚBILO AL SEÑOR
No hay comentarios:
Publicar un comentario