EL
QUE TIENE MANOS INOCENTES
Y
PURO EL CORAZÓN, SUBIRÁ AL MONTE DEL
SEÑOR
Y
PERMANECERÁ EN SU RECINTO SAGRADO.
ALELUYA, ALELUYA.
Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los
cielos.
Aleluya.
DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO (6, 19-23)
En aquel tiempo, Jesús dijo a
sus discípulos: “No acumulen ustedes tesoros en la tierra, donde la polilla y
el moho los destruyen, donde los ladrones perforan las paredes y se los roban. Más
bien acumulen tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el moho los
destruyen, ni hay ladrones que perforen las paredes y se los roben; porque
donde está tu tesoro, ahí también está tu corazón.
Tus ojos son la luz de tu cuerpo;
de manera que, si tus ojos están sanos, todo tu cuerpo tendrá luz. Pero si tus
ojos están enfermos, todo tu cuerpo tendrá oscuridad. Y si lo que en ti debería
ser luz, no es más que oscuridad, ¡qué negra no será tu propia oscuridad!”
Palabra del Señor.
ORACIÓN
Dios nuestro, que en la vida
de san Luis Gonzaga quisiste dejarnos un modelo de pureza y en su muerte, un ejemplo heroico de
servicio al prójimo, por sus méritos e intercesión, concede a quienes no hemos
sabido imitar su inocencia, que podamos imitar su caridad. Por Jesucristo nuestro
Señor.
Amén.
CONFÍA EN EL SEÑOR Y SALTARÁS DE GUSTO
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