AQUELLOS
QUE SIGUIERON EN LA TIERRA LAS HUELLAS DE CRISTO,
SE
ALEGRAN AHORA EN EL CIELO; Y PORQUE LO AMARON
HASTA
MORIR POR ÉL, CON ÉL SE GOZAN ETERNAMENTE.
ALELUYA, ALELUYA.
Yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador, que se quedará
para siempre con ustedes, dice el Señor.
Aleluya.
DEL
SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN (17,
1-11)
En aquel tiempo, Jesús levantó
los ojos al cielo y dijo: “Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo también te
glorifique, y por el poder que le diste sobre toda la humanidad, dé la vida
eterna a cuantos le has confiado. La vida eterna consiste en que te conozcan a
ti, único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.
Yo te he glorificado sobre la
tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste. Ahora, Padre, glorifícame en
ti con la gloria que tenía, antes de que el mundo existiera.
He manifestado tu nombre a los
hombres que tú tomaste del mundo y me diste. Eran tuyos y tú me los diste. Ellos
han cumplido tu palabra y ahora conocen que todo lo que me has dado viene de
ti, porque yo les he comunicado las palabras que tú me diste; ellos las han
recibido y ahora reconocen que yo salí de ti y creen que tú me has enviado.
Te pido por ellos; no te pido por
el mundo, sino por éstos, que tú me diste, porque son tuyos. Todo lo mío es
tuyo y todo lo tuyo es mío. Yo he sido glorificado en ellos. Ya no estaré más
en el mundo, pues voy a ti; pero ellos se quedan en el mundo”.
PALABRA DEL SEÑOR.
ORACIÓN
Señor Dios, que has querido que la sangre de los mártires sea semilla
de nuevos cristianos, haz que el ejemplo de san Carlos y de sus compañeros y su
lealtad a Cristo frente a las torturas, atraigan a los pueblos africanos a
vivir la fe cristiana. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
REYES
DE LA TIERRA, CANTEN AL SEÑOR. ALELUYA
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