A
JESUCRISTO, QUE NOS AMA, QUE NOS HA CONVERTIDO EN UN
REINO
DE SACERDOTES PARA EL SERVICIO DE DIOS, SU PADRE,
A ÉL,
LA GLORIA Y EL PODER, POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS.
AMÉN.
HONOR Y GLORIA A TI, SEÑOR JESÚS.
El Espíritu del
Señor está sobre mí. Me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS (4, 16-21)
En aquel tiempo, Jesús fue a
Nazaret, donde se había criado. Entró en la sinagoga, como era su costumbre
hacerlo los sábados, y se levantó para hacer la lectura. Se le dio el volumen
del profeta Isaías, lo desenrolló y encontró el pasaje en que estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque
me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva, para anunciar la
liberación a los cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos
y proclamar el año de gracia del Señor.
Enrolló el volumen, lo
devolvió al encargado y se sentó. Los ojos de todos los asistentes a la
sinagoga estaban fijos en él. Entonces comenzó a hablar, diciendo: “Hoy mismo
se ha cumplido este pasaje de la Escritura que ustedes acaban de oír”.
Palabra del Señor.
Dios nuestro, que por la unción
del Espíritu Santo, constituiste a tu Hijo Mesías y Señor, concédenos a nosotros,
que participamos de su consagración sacerdotal, dar testimonio en el mundo de
su amor redentor. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
CANTARÉ
TU MISERICORDIA, SEÑOR
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