Dios nos ha llamado, por medio del
Evangelio,
a participar de la gloria de nuestro Señor
Jesucristo. Aleluya.
DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS (18, 1-8)

“En cierta ciudad había un juez
que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Vivía en aquella misma ciudad
una viuda que acudía a él con frecuencia para decirle: ‘Hazme justicia contra
mi adversario’.
Por mucho tiempo el juez no le
hizo caso, pero después se dijo: ‘Aunque no temo a Dios ni respeto a los
hombres, sin embargo, por la insistencia de esta viuda, voy a hacerle justicia
para que no me siga molestando’ ”.

Palabra del Señor.
Dios nuestro, que concediste a
santa Isabel de Hungría el don de reconocer y venerar a Cristo en los pobres,
concédenos, por su intercesión, servir siempre con amor incansable a los
necesitados y afligidos. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
DICHOSOS LOS QUE TEMEN AL SEÑOR
No hay comentarios:
Publicar un comentario