A LOS
QUE ESPERAN EN TI SEÑOR,
CONCÉDELES
TU PAZ, Y CUMPLE ASÍ
LAS
PALABRAS DE TUS PROFETAS; ESCÚCHAME, SEÑOR,
Y
ATIENDE A LAS PLEGARIAS DE TU PUEBLO.
ALELUYA, ALELUYA.
La palabra de Dios permanece para siempre. Y ésa es la palabra que se les
ha anunciado.
Aleluya.
DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO (13, 54-58)
En aquel tiempo, Jesús llegó a
su tierra y se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal forma, que
todos estaban asombrados y se preguntaban: “¿De dónde ha sacado éste esa
sabiduría y esos poderes milagrosos? ¿Acaso no es éste el hijo del carpintero? ¿No
se llama María su madre y no son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas?
¿Qué no viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde, pues, ha sacado
todas estas cosas?” Y se negaban a creer en él.
Entonces, Jesús les dijo: “Un
profeta no es despreciado más que en su patria y en su casa”. Y no hizo muchos milagros
allí por la incredulidad de ellos.
ORACIÓN
Míranos, Señor, con ojos de
misericordia y haz que experimentemos vivamente tu amor para que podamos servirte
con todas nuestras fuerzas. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
A LOS QUE ESPERAN EN TI SEÑOR, CONCÉDELES TU
PAZ
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