ESTOY
CLAVADO CON CRISTO EN LA CRUZ;
YA NO
SOY YO QUIEN VIVE,
SINO
QUE ES CRISTO QUIEN VIVE EN MÍ;
VIVO
EN LA FE DEL HIJO DE DIOS QUE ME AMÓ
Y SE
ENTREGÓ POR MÍ.
ALELUYA, ALELUYA.
Yo soy el camino,
la verdad y la vida. Nadie va al Padre, si no es por mí, dice el Señor.
Aleluya.
DEL
SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS (11,
47-54)
En aquel tiempo, Jesús dijo a
los fariseos y doctores de la ley: “¡Ay de ustedes, que les construyen
sepulcros a los profetas que los padres de ustedes asesinaron! Con eso dan a
entender que están de acuerdo con lo que sus padres hicieron, pues ellos los
mataron y ustedes les construyen el sepulcro.
Por eso dijo la sabiduría de Dios:
Yo les mandaré profetas y apóstoles, y los matarán y los perseguirán,
para que así se le pida cuentas a esta generación de la sangre de
todos los profetas que ha sido derramada desde la creación del mundo, desde la
sangre de Abel hasta la de Zacarías, que
fue asesinado entre el atrio y el altar. Sí, se lo repito: a esta generación se
le pedirán cuentas.
¡Ay de ustedes, doctores de la
ley, porque han guardado la llave de la puerta del saber! Ustedes no han
entrado, y a los que iban a entrar les han cerrado el paso”.
Luego que Jesús salió de allí,
los escribas y fariseos comenzaron a acosarlo terriblemente con muchas preguntas
y a ponerle trampas para ver si podían acusarlo con alguna de sus propias
palabras.
Palabra del Señor.
Dios eterno y todopoderoso, que has querido
glorificar a tu Iglesia con el testimonio de los mártires, concédenos que el
glorioso martirio que mereció a san Ignacio una corona inmortal, fortalezca
cada vez más nuestra fe. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
PERDÓNANOS,
SEÑOR, Y VIVIREMOS
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