FRANCISCO,
EL HOMBRE DE DIOS, DEJÓ SU CASA,
ABANDONÓ
SU HERENCIA Y SE HIZO POBRE Y DESVALIDO;
PERO
EL SEÑOR SE HIZO CARGO DE ÉL.
ALELUYA, ALELUYA.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan su corazón”.
Aleluya.
DEL
SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS (10,
13-16)
En aquel tiempo, Jesús dijo: “¡Ay
de ti, ciudad de Corozaín! ¡Ay de ti, ciudad de Betsaida! Porque si en las
ciudades de Tiro y de Sidón se hubieran realizado los prodigios que se han
hecho en ustedes, hace mucho tiempo que hubieran hecho penitencia, cubiertas de
sayal y de ceniza. Por eso el día del juicio será menos severo para Tiro y
Sidón que para ustedes. Y tú, Cafarnaúm, ¿crees que serás
encumbrada hasta el cielo? No. Serás precipitada en el abismo”.
Luego, Jesús dijo a sus discípulos:
“El que los escucha a ustedes, a mí me escucha; el que los rechaza a ustedes, a
mí me rechaza y el que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado”.
Palabra del Señor.
ORACIÓN
Dios nuestro, que otorgaste a san
Francisco de Asís la gracia de seguir gozosamente a Cristo en una vida de
pobreza y humildad, haz que, a ejemplo suyo, nuestra preocupación esencial en
esta tierra sea la de amar y seguir a tu Hijo, Jesucristo, que vive y reina contigo.
Amén.
SÁLVANOS,
SEÑOR, Y PERDONA NUESTROS PECADOS
No hay comentarios:
Publicar un comentario