La Fe... Nuestra fuerza para vivir...

El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz. (Madre Teresa de Calcuta)
La fe se refiere a cosas que no se ven, y la esperanza, a cosas que no están al alcance de la mano. (Santo Tomás de Aquino)
La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve"

sábado, 2 de noviembre de 2013

CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS

DIOS, QUE RESUCITÓ A CRISTO JESÚS DE ENTRE LOS MUERTOS,
DARÁ TAMBIÉN LA VIDA A NUESTROS CUERPOS MORTALES
POR MEDIO DE SU ESPÍRITU QUE HABITA EN NOSOTROS.

ALELUYA, ALELUYA.
Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor; el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá.
Aleluya.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS (23, 44-46. 50. 52-53; 24, 1-6)

                Era casi el mediodía, cuando las tinieblas invadieron toda la región y se oscureció el sol hasta las tres de la tarde. El velo del templo se rasgó a la mitad. Jesús, clamando con voz potente, dijo: “¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!” Y dicho esto, expiró.

                Un hombre llamado José, consejero del sanedrín, hombre bueno y justo, se presentó ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. Lo bajó de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo colocó en un sepulcro excavado en la roca, donde no habían puesto a nadie todavía.

                El primer día después del sábado, muy de mañana, llegaron las mujeres al sepulcro, llevando los perfumes que habían preparado. Encontraron que la piedra ya había sido retirada del sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.

                Estando ellas todas desconcertadas por esto, se les presentaron dos varones con vestidos resplandecientes. Como ellas se llenaron de miedo e inclinaron el rostro a tierra, los varones les dijeron: “¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí; ha resucitado”.

Palabra del Señor.

ORACIÓN

                Dios, creador y redentor nuestro, por cuyo poder Cristo venció a la muerte y subió glorioso a tu Reino, concede a nuestros hermanos difuntos compartir su victoria y disfrutar de tu presencia eternamente. Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

EL SEÑOR ES COMPASIVO Y MISERICORDIOSO





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