DIOS,
QUE RESUCITÓ A CRISTO JESÚS DE ENTRE LOS MUERTOS,
DARÁ
TAMBIÉN LA VIDA A NUESTROS CUERPOS MORTALES
POR
MEDIO DE SU ESPÍRITU QUE HABITA EN NOSOTROS.
ALELUYA, ALELUYA.
Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor; el que cree en mí, aunque
haya muerto, vivirá.
Aleluya.
DEL
SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS (23,
44-46. 50. 52-53; 24, 1-6)

Un hombre llamado José, consejero del sanedrín,
hombre bueno y justo, se presentó ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús.
Lo bajó de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo colocó en un sepulcro
excavado en la roca, donde no habían puesto a nadie todavía.

Estando ellas todas desconcertadas por esto, se les
presentaron dos varones con vestidos resplandecientes. Como ellas se llenaron
de miedo e inclinaron el rostro a tierra, los varones les dijeron: “¿Por qué buscan
entre los muertos al que está vivo? No está aquí; ha resucitado”.
Palabra del Señor.
Dios, creador y
redentor nuestro, por cuyo poder Cristo venció a la muerte y subió glorioso a
tu Reino, concede a nuestros hermanos difuntos compartir su victoria y
disfrutar de tu presencia eternamente. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
EL
SEÑOR ES COMPASIVO Y MISERICORDIOSO
No hay comentarios:
Publicar un comentario