DICHOSO EL HOMBRE QUE CONFÍA EN EL SEÑOR
Tu palabra, Señor,
es la verdad; santifícanos en la verdad. Aleluya.
Un sábado, estaba Jesús enseñando
en una sinagoga. Había ahí una mujer que llevaba dieciocho años enferma por causa de un espíritu malo. Estaba
encorvada y no podía enderezarse. Al verla, Jesús la llamó y le dijo: “Mujer,
quedas libre de tu enfermedad”. Le impuso las manos y, al instante, la mujer se enderezó y empezó a
alabar a Dios.
Pero el jefe de la sinagoga, indignado
de que Jesús hubiera hecho una curación en sábado, le dijo a la gente: “Hay
seis días de la semana en que se puede trabajar; vengan, pues, durante esos días
a que los curen y no el sábado”.
Entonces el Señor dijo: “¡Hipócritas!
¿Acaso no desata cada uno de ustedes su buey o su burro del pesebre para llevarlo
a abrevar, aunque sea sábado? Y a esta hija de Abraham, a la que Satanás tuvo
atada durante dieciocho años, ¿no era bueno desatarla de esa atadura, aun en
día de sábado?”
Cuando Jesús dijo esto, sus
enemigos quedaron en vergüenza; en cambio, la gente se alegraba de todas las
maravillas que él hacía.
Palabra del Señor.
ORACIÓN
Dios eterno y todopoderoso, conduce
nuestra vida por el camino de tus mandamientos para que, unidos a tu Hijo amado,
podamos producir frutos abundantes. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
TU PALABRA, SEÑOR, ES LA VERDAD
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