La palabra de Dios
es viva y eficaz y descubre los pensamientos e intenciones del corazón. Aleluya.
Del Santo Evangelio según San Mateo (23,
23-26)
En aquel tiempo, Jesús dijo a
los escribas y fariseos: “¡Ay de ustedes escribas y fariseos hipócritas, porque
pagan el diezmo de la menta, del anís y del comino, pero descuidan lo más
importante de la ley, que son la justicia, la misericordia y la fidelidad! Esto
es lo que tenían que practicar, sin descuidar aquello.
¡Guías ciegos, que cuelan el
mosquito, pero se tragan el camello! ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos
hipócritas, que limpian por fuera los vasos y los platos, mientras que por
dentro siguen sucios con su rapacidad y codicia! ¡Fariseo ciego!, limpia
primero por dentro el vaso y así quedará también limpio por fuera”.
Palabra del Señor.
Enciende, Señor, en nosotros el
fuego con que inflamaste el corazón de san Agustín, a fin de que, sedientos
como él de sabiduría y de amor, no descansemos hasta encontrarte a ti, verdad
eterna e infinita bondad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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