Santa Mónica (tomando el ejemplo de vida de la Santísima Virgen María) es una gran guía y mentora para todos nosotros, es el vivo ejemplo de una madre abnegada que nunca perdió la fe, siempre estuvo orando y pidiéndole a Dios por la conversión y el bienestar de su hijo, San Agustín, quien antes de ser santo, fue alejándose cada vez más de la fe y cayendo en mayores y peores pecados y errores. Esto no hizo que la fe de esta gran madre con carácter y siempre le pidió a Dios por la conversión de su hijo, quedando viuda cuando su hijo tenía 17 años, nunca desistió en su lucha y logró su objetivo, su sueño, su anhelo, que su hijo Agustín dejara el mal y sirviera a Dios.
Santa Mónica es un gran ejemplo de lucha y perseverancia, más en nuestros días en los cuales el porcentaje de madres que tienen que criar a sus hijos solas por la ausencia del padre (por diversos motivos y razones) es elevado, ella es el vivo ejemplo de que, aún en los momentos más difíciles y oscuros de la vida, si estamos firmemente afianzados en Dios, tomados de su mano, nada es imposible, al contrario, hasta el corazón más duro y alejado del Todopoderoso puede volver a Él, para Dios nada es imposible.
Pidamos con fe, al ejemplo de Santa Mónica, para que si en nuestras familias o con nuestros amigos tenemos a alguien que se ha apartado de los caminos de Dios, pueda volver a Él y que nosotros nunca nos cansemos de pedirle, al contrario, a cada momento, cada día de nuestra vida orar con fe por nuestra conversión y de las demás personas que tienen Hambre de Dios...
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