SEÑOR,
NO TE QUEDES LEJOS; TÚ, QUE ERES MI FUERZA,
VEN
APRISA EN MI AYUDA PORQUE YA NO SOY UN HOMBRE,
SINO
UN GUSANO, DESPRECIADO POR LA GENTE
Y RECHAZADO POR EL PUEBLO.
HONOR Y GLORIA A TI, SEÑOR JESÚS.
Purifíquense de todas sus iniquidades; renueven su corazón y su
espíritu, dice el Señor.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN (11, 45-56)

Entonces los sumos sacerdotes
y los fariseos convocaron al sanedrín y decían: “¿Qué será bueno hacer? Ese hombre
está haciendo muchos prodigios. Si lo dejamos seguir así, todos van a creer en
él, van a venir los romanos y destruirán nuestro templo y nuestra nación”.

Por esta razón, Jesús ya no andaba
públicamente entre los judíos, sino que se retiró a la ciudad de Efraín, en la
región contigua al desierto y allí se quedó con sus discípulos.
Se acercaba la Pascua de los
judíos y muchos de las regiones circunvecinas llegaron a Jerusalén antes de la
Pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús en el templo y se decían unos a
otros: “¿Qué pasará? ¿No irá a venir para la fiesta?”
Palabra del Señor.
Señor, tú que nunca dejas de
procurar nuestra salvación y en estos días de Cuaresma nos otorgas gracias más abundantes,
mira con amor a esta familia tuya y concede tu auxilio protector a quienes se preparan
para el bautismo y a quienes hemos renacido ya a una vida nueva. Por Jesucristo
nuestro Señor.
Amén.
EL SEÑOR CUIDARÁ A SU PUEBLO
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