HE
AQUÍ QUE LLEGA YA LA PLENITUD DE LOS TIEMPOS,
CUANDO
DIOS ENVIÓ A SU HIJO A LA TIERRA.
ALELUYA,
ALELUYA.
Sol refulgente de justicia y esplendor de la luz eterna, ven a iluminar
a los que yacen en las tinieblas y en las sombras de la muerte.
Aleluya.
DEL
SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS (1,
67-79)

Así lo había anunciado desde
antiguo, por boca de sus santos profetas: que nos salvaría de nuestros enemigos
y de las manos de todos los que nos aborrecen, para mostrar su misericordia a
nuestros padres y acordarse de su santa alianza.
El Señor juró a nuestro padre
Abraham concedernos que, libres ya de nuestros enemigos, lo sirvamos sin temor,
en santidad y justicia delante de él, todos los días de nuestra vida.
Y a ti, niño, te llamarán
profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus
caminos y a anunciar a su pueblo la salvación, mediante el perdón de
los pecados.
Por la entrañable misericordia
de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras
de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz”.
Palabra del Señor.
ORACIÓN
Apresúrate, Señor Jesús, no tardes ya, para que tu venida dé nuevas
fuerzas y ánimo a quienes hemos puesto nuestra confianza en tu misericordia. Tú
que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por
los siglos de los siglos.
Amén.
PROCLAMARÉ
SIN CESAR LA MISERICORDIA DEL SEÑOR
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