dice el Señor, y aprendan de mí,
que soy manso y
humilde de corazón. Aleluya.
DEL SANTO EVANGELIO
SEGÚN SAN LUCAS (14, 1. 7-11)
Un sábado, Jesús fue a comer en
casa de uno de los jefes de los fariseos, y éstos estaban espiándolo. Mirando
cómo los convidados escogían los primeros lugares, les dijo esta parábola:
“Cuando te inviten a un banquete
de bodas, no te sientes en el lugar principal, no sea que haya algún otro
invitado más importante que tú, y el que los invitó a los dos venga a decirte:
‘Déjale el lugar a éste’, y tengas que ir a ocupar, lleno de vergüenza, el
último asiento. Por el contrario, cuando
te inviten, ocupa el último lugar, para que, cuando venga el que te invitó, te
diga: ‘Amigo, acércate a la cabecera’.
Entonces te verás honrado en
presencia de todos los convidados. Porque el que se engrandece a sí mismo, será humillado; y el que se humilla, será
engrandecido”.
Palabra del Señor.
Señor, Dios nuestro, que condujiste
a san Martín de Porres a la gloria celestial por un camino de trabajos humildes e ignorados, concédenos
imitar sus ejemplos para que gocemos de tu vida en el cielo. Por Jesucristo
nuestro Señor.
Amén.
MI ALMA TE BUSCA A TI, DIOS MÍO
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